Estimadas amigas y amigos,
Hoy, 10 de diciembre, nos reunimos conmemorando un día de gran significado: el Día Internacional de los Derechos Humanos. Una fecha que nos recuerda la importancia de la dignidad, la igualdad y la libertad para todas y todos, sin distinción de raza, religión, género, orientación sexual, nacionalidad o cualquier otra condición. Es un día para reflexionar sobre los logros alcanzados y, al mismo tiempo, para renovar nuestro compromiso con la lucha por la justicia, la igualdad y el respeto a los derechos fundamentales.
Esta fecha nos invita a recordar el camino recorrido desde la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos por las Naciones Unidas en 1948. Sin embargo, también nos desafía a mirar la realidad de nuestros pueblos en América Latina y el Caribe, donde aún persisten enormes desafíos para garantizar que los derechos humanos sean una realidad para todos y todas, sin excepciones.
Como Red Latinoamericana y del Caribe por la Democracia (Redlad), trabajamos incansablemente para promover una democracia plena, inclusiva y respetuosa de los derechos de las personas. Sabemos que la democracia no solo se construye a través de elecciones libres, sino también mediante el respeto a los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. Estos derechos son los cimientos sobre los cuales debe edificarse cualquier sociedad justa y equitativa.
En nuestra región, seguimos enfrentando altos índices de desigualdad, discriminación, violencia, desplazamientos forzados, y represión de las libertades fundamentales. Es urgente que los gobiernos de nuestros países garanticen los derechos de los pueblos afro, indígenas, de las mujeres, de las personas LGBTIQ+, de las y los defensores de derechos humanos, y de todas aquellas personas que luchan por la libertad y la justicia. El derecho a la vida, la libertad de expresión, la educación, la salud y la participación política deben ser asegurados de manera efectiva para todas las personas, sin que haya lugar para la discriminación ni la exclusión.
A lo largo de nuestra historia, hemos sido testigos de las tragedias que ocurren cuando los derechos humanos son vulnerados. El autoritarismo, la corrupción, la violencia institucional y la impunidad siguen siendo amenazas constantes en nuestra región. Pero también hemos sido testigos de la fuerza de la ciudadanía organizada, de los movimientos sociales, de las comunidades que, a pesar de la adversidad, se levantan para defender la justicia, la paz y los derechos fundamentales.
Hoy, en este Día Internacional de los Derechos Humanos, hacemos un llamado a los gobiernos, a las instituciones y a todos los actores sociales, políticos y económicos, para que sigan trabajando con firmeza para erradicar la pobreza, la discriminación y la violencia. Reafirmamos la importancia de la cooperación internacional y el fortalecimiento de las instituciones democráticas, para garantizar que los derechos humanos no sean un privilegio de unos pocos, sino el fundamento de una convivencia humana digna y solidaria.
Desde Redlad, seguiremos luchando por una democracia verdadera, que sea capaz de garantizar la plena realización de los derechos humanos de todas las personas, sin distinción alguna. Sabemos que esta es una tarea colectiva, que exige el compromiso de cada uno de nosotros, porque los derechos humanos no son solo un ideal, sino una necesidad urgente y esencial para el bienestar de nuestras sociedades.
Hoy, al conmemorar este día, renovamos nuestra esperanza en que el futuro de América Latina y el Caribe será un futuro donde los derechos humanos sean una realidad inquebrantable, y donde todas las voces, especialmente las de las personas más vulnerables, sean escuchadas y respetadas.
Gracias por su compromiso y su lucha constante. En conjunto, seguiremos trabajando por un mundo más justo y libre.
¡Viva la democracia, vivan los derechos humanos!
Enrique Arturo de Obarrio
Presidente de la Red Latinoamericana y del Caribe Por la Democracia (Redlad)